top of page
Please reload

LISTA DE CUENTOS

CARTA A UNA SEÑORITA EN PARÍS

El protagonista de este cuento es un hombre con un problema curioso, que a su vez es el aspecto fantástico del relato. Él, de cuando en cuando, literalmente vomita un conejito. Le ocurre estando a solas y por eso no tiene la necesidad de andar explicándolo.

Este hombre se muda al departamento de su amiga Andrée, provisoriamente mientras ella se encuentra en París, y es entonces cuando surgen los problemas. En su anterior casa era más sencillo y tenía un sistema que le facilitaba el asunto de vomitar conejitos. Cuando ocurría los llevaba al balcon y los colocaba en la maceta del trébol para que comieran. Cuando llegaban a un tamaño normal los regalaba. Pero ahora ya no podía seguir haciendo lo mismo.

"Cuando siento que voy a vomitar un conejito, me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejito de chocolate pero blanco y enteramente un conejito."

Lo primero que le produjo miedo al protagonista, fue que subiendo el ascensor al departamento de Andrée vomito un conejito, cuando dos días antes ya le había pasado en su casa y normalmente había un periodo de al menos un mes entre conejito y conejito. En el departamento estaba Sara, la mucama habitual, para ayudarlo a instalarse. Ella no podía enterarse asi que decidió ocultarlo en su bolsillo y esperar a tener una oportunidad para matarlo con una cucharada de alcohol, lo más humanamente posible. No pudo hacerlo.

A medida que avanza la historia, los conejitos son más y más. No solo blancos, también negros y grises. Esto iba a generar un problema pués el hombre era consiente de lo mucho que Andrée le dedicaba a la organización perfecta de su departamento. Entonces decide ocultarlos durante el día en el armario, y soltarlos a la noche para que puedan moverse. Intenta adaptarse a la situación. Sólo debía vivir allí cuatro meses. Pero los conejitos comenzaban a destrozar los muebles y los libros. La desesperación del protagonista lo termina por superar. Debía mantener todo en orden para que Sara no se entere, y eso le consumía todo su tiempo, no podía dormir y no podía trabajar. Toda su vida se estaba viniendo abajo por culpa de los conejitos.

Es otro ejemplo de como lo fantástico termina por invadir la realidad y sobreponerse. El hombre falla en su intento de incluir lo sobrenatural en su vida cotidiana y decide, al final, matar a todos los conejitos y suicidarse.

"Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la ciudad. No creo que les sea difícil juntar once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene llevarse pronto, antes de que pasen los primeros colegiales."

Esta imagen muestra el momento en que lo fantástico pasa de lo cotidiano y habitual a superar la realidad, desesperando al personaje.

bottom of page